sábado, 4 de mayo de 2013

Música: Desde Argentina, un clásico de la canción popular.

Folklore argentino: Desde Salta, Los Chalchaleros


 Los Chalchaleros

Argenpress Cultural

 Los Chalchaleros fue un conjunto folclórico argentino creado en Salta en 1948. Están considerados uno de los más grandes grupos folclóricos de Argentina. Su nombre deriva de un pájaro cantor del norte argentino, el zorzal colorado o chalchalero (Turdus rufiventris).
Los Chalchaleros en 1966. Polo Román, Ernesto Cabeza, Pancho Figueroa y Juan Carlos Saravia.

 En la primavera de 1947, dos dúos se presentaron en Salta en un mismo recinto, uno conformado por Víctor José Zambrano (Cocho) y Carlos Franco Sosa (Pelusa); el otro lo integraban Aldo Saravia (el Chivo) y su primo Juan Carlos Saravia (el Gordo). Tras la actuación, decidieron juntarse y formar un cuarteto. Así nacieron Los Chalchaleros.

 Después de meses de ensayos, su debut se produjo el 16 de junio de 1948, en el Teatro Alberdi de Salta.

 Los Chalchaleros comenzaron a hacerse populares en su provincia natal con su primer gran éxito Lloraré. Pronto también incorporarían a su repertorio temas que se volverían clásicos como El cocherito, El arriero, La López Pereyra, la Zamba de Vargas y Yo vendo unos ojos negros.

 En 1949, Aldo Saravia dejó el grupo ―consiguió trabajo como bancario― y fue reemplazado por José Antonio Saravia Toledo (que no era pariente de Aldo y Juan Carlos). Al año siguiente, Carlos Sosa viaja a Córdoba para estudiar Arquitectura, siendo reemplazado por Ricardo Federico Dávalos (Dicky).

 En 1953, el rionegrino Ernesto Cabeza ingresó en lugar de Saravia Toledo, quien se dedicaría a la abogacía. Cabeza le daría a Los Chalchaleros un rasgo distintivo, como compositor de éxitos (La nochera) y lo que sería llamado guitarra chalchalera, con un estilo y una armonía que marcaría escuela en los conjuntos folclóricos.

 A partir de ese año empezaron a grabar temas que más tarde aparecerían recopilados.

 En 1956, otro de los fundadores del grupo Víctor Zambrano, dejó la banda que ya empezaba a hacer giras. Su lugar sería ocupado por un viejo conocido, Aldo Saravia, quien abandonó su puesto de bancario y volvió al grupo, tras 7 años de ausencia.

 Los Chalchaleros seguían sumando éxitos, pero en 1961 Aldo Saravia falleció en un accidente de tránsito. Para reemplazarlo reingresó Zambrano, quien había dejado el grupo 5 años antes.

 En 1966, Zambrano vuelve a dejar el grupo y en su lugar entra Eduardo "Polo" Román. En 1967, tras 16 años, Dicky Dávalos también se va del grupo, dando lugar al chaqueño Francisco "Pancho" Figueroa.

 La formación entonces quedaría entonces con Juan Carlos Saravia, Ernesto Cabeza, Polo Román y Pancho Figueroa, siendo los ganadores del Festival de Cosquín, en 1968.

 Los años setenta los encontró ampliando su repertorio con chamamés (Merceditas) o al usar dos bombos para una canción (Zamba del regreso). Los Chalchaleros eran un éxito nacional e internacional.

 En 1980, Los Chalchaleros sufrieron otro tremendo golpe, cuando falleció el cerebro musical del grupo, Ernesto Cabeza. Juan Carlos Saravia, el único fundador que seguía en el grupo, decidió no reemplazarlo y durante tres años actuaron como trío.

 En 1983, Los Chalchaleros volvieron a ser un cuarteto: Ernesto Cabeza, antes de morir, había señalado a Facundo Saravia, hijo de Juan Carlos, quien tocaba en un grupo llamado Los Zorzales, como su sucesor. Entonces se decidió incorporarlo.

 Esta formación seguiría unida, recorriendo la Argentina y el mundo hasta la disolución del grupo, en 2003.

 A lo largo de su carrera, Los Chalchaleros editaron cerca de 50 discos, popularizando estilos folclóricos argentinos como la zamba, la cueca, la chacarera, el gato o el chamamé. Son considerados exponentes de la Música Argentina a nivel mundial.

 Los Chalchaleros han sabido llevar por todo el mundo lo mejor de la música nacional argentina, de la mejor manera. Fueron sin ninguna duda uno de los conjuntos de folclore argentino más importantes de toda la historia de esa música. Su despedida de los escenarios fue un periplo de conciertos por todo el país y el mundo inolvidable para los que tuvieron oportunidad de presenciarlo. Tenían un estilo único, inigualable e irrepetible, tanto que al comenzar las canciones en lugar de decir "adentro" (para comenzar a cantar) el que lo decía no terminaba de decir la palabra. Esto sucedía en cada final de verso o finales de cualquier canción.

 Entre sus interminables éxitos, dejamos aquí algunos de sus clásicos:

 1. Zamba La López Pereyra


2. Zamba de mi esperanza


3. Sapo cancionero

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