viernes, 5 de abril de 2013

Hablando de poesía y sus confines




Aldo Luis Novelli
(ensayo)

La diosa pagana

La poesía -si la hubiere- empieza donde termina el poema.

El poema nunca es la poesía, el poema es un árido sendero en medio del desierto hacia el oasis de la poesía.
El poeta debe sentir una insoportable sed de palabras
antes de escribir, y apenas podrá calmar esa sed, con las escasas gotas de la lengua que lleva en su cantimplora.
El poema es -en el mejor de los casos- un artefacto verbal que respira, sufre,ríe, llora y goza y busca incansablemente a la poesía a través de diversos caminos: misticismo, realismo, intimismo, hermetismo... bajo un sol agobiante durante el día o en la helada noche del desierto.

La poesía es la diosa pagana por la que el poeta ora, danza, escribe, vive y hasta muere para acceder a su lejano resplandor.

La poesía -inefable- sucede en el receptor, el poeta -en tanto emisor- a través del poema transita un camino posible, generalmente errado, y entonces ensimismado intenta otro y otro y otro…

Algo así, y mucho más quería decirles, pero mi precariedad me lo impide.

De poesía hablamos otro día.-



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