21 de enero de 1924- 89 años de la muerte de Lenin
21 de enero de 1924
89 Años de la muerte de Lenin
Mejor dicho: de la inmortalidad
Fuentes varias/ Compilación: Silvestre Montilla – Prensa PSUV.
Para los
campesinos de mi patria
quiero la voz de Lenin.
Para los proletarios de mi patria
quiero la luz de Lenin.
Para los perseguidos de mi patria
quiero la paz de Lenin.
Para la juventud de mi patria
quiero la esperanza de Lenin.
Roque Dalton
21 de enero de 1924, hace 89 años, víctima de las secuelas de un atentado
contra su vida, falleció Vladimir Ilich Ulianov, para todos Lenin, el
arquitecto y líder de la Revolución de Octubre en Rusia, el dirigente del
Estado Soviético, inspirador para los pueblos que luchan por el Socialismo.
Había sido alcanzado por tres disparos con balas envenenadas al salir de la
fábrica de Michelson, donde habló a los obreros, el 30 de agosto de 1918,
hechos por una mano empujada por los enemigos del pueblo, la de Fani Yefímovna
Kaplán, pagada por la contrarrevolución..
Las narraciones de su reacción ante las graves heridas muestran, en boca de los
testigos del hecho y de médicos y familiares, la entereza y fortaleza con la
cual se mantuvo firme, sin abandonar sus labores de dirección durante meses,
hasta fallecer a la edad de 54 años.
El atentado no fue un hecho aislado, sino parte de un plan desatado por la
reacción, pues ese mismo dia asesinaron a Moisés Uritsky, comisario del Pueblo
del Interior en la región norte, pero Lenin no aceptó las recomendaciones de
abstenerse de asistir a su encuentro con los trabajadores.
Aún herido, siempre de pie, Lenin exhortó a la tranquilidad a los obreros que
lo rodeaban pues sangraba profusamente y al llegar al edificio del Krenlim
subió por las escaleras hasta el tercer piso donde fue atendido por los
médicos, señalan los relatos.
Lenin sobrevivió al atentado, pero su salud se resintió demasiado. El XI
Congreso del Partido comenzó sus labores el 27 de marzo de 1922. El líder abrió
el encuentro y pronunció el informe político del Comité Central, en el último
Congreso del Partido al que asistió. Su estado se agravó, pero se restableció
en breve y volvió al trabajo.
El 5 de noviembre de ese mismo año inició sus sesiones el IV Congreso de la
Internacional Comunista, en el que Lenin rindió su informe “Perspectivas de la
revolución mundial a los cinco años de la revolución rusa”.
El 20 de noviembre habló en el Pleno del Soviet de Moscú. El 30 de diciembre se
celebró el I Congreso de los Soviets de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, que creó la URSS. Enfermo nuevamente, no pudo asistir, pero todo el
trabajo del Congreso, la Declaración y el Tratado sobre la formación de la
Unión Soviética, estuvieron inspirados en sus indicaciones.
A principios de marzo de 1923, la salud de Lenin empeoró bruscamente. En mayo,
volvió a trasladarse a la aldea de Gorki, a 35 kilómetros al
sudeste de Moscú, y a mediados de verano se apreció cierto mejoramiento.
El 19 de octubre Lenin llegó a Moscú, al Kremlin. Los que estuvieron con él
cuentan cómo pasó aquel día. Se fue de su apartamento, estuvo en la sala de
sesiones del Consejo de Comisarios del Pueblo, situada al lado de su vivienda,
y permaneció allí un rato, miró alrededor, entró en su despacho, tomó unos
libros de la biblioteca y bajó al patio del Kremlin.
Subió al automóvil, recorrió las calles céntricas de Moscú y visitó la
Exposición Agrícola de toda Rusia. El recorrido duró dos horas. Se diría que
Vladimir Ilich se despedía de Moscú.
A principios de noviembre de 1923 lo visitó en Gorki una delegación de obreros
de la fábrica de Glújovo. Uno de ellos, ya sexagenario, Kuznetsov, con lágrimas
en los ojos, repetía sin cesar: «Soy obrero forjador, Vladimir Ilich.
Forjaremos todo lo que has concebido». ¡Fue esta la última entrevista de Lenin
con los obreros!
Tampoco pudo asistir al XII Congreso del Partido, pero los delegados tomaron en
cuenta, en sus resoluciones, las indicaciones hechas por él en sus últimos
artículos y cartas. Luego de una aparente mejoría, a fines de 1923 sobreviene
un recrudecimiento de su enfermedad.
El 21 de enero de 1924, al anochecer, a las 6 y 50, falleció de un derrame
cerebral. Por la noche se reunió el Pleno del Comité Central del Partido, y
dirigió un llamamiento al pueblo: «Ha muerto el hombre bajo cuya dirección
combativa nuestro partido, envuelto en el humo de la pólvora, enarboló con mano
recia la bandera roja de octubre en todo el país, barrió la resistencia de los
enemigos y consolidó firmemente el dominio de los trabajadores en la Rusia
zarista. Ha muerto el fundador de la Internacional Comunista (…) el amor y el
orgullo del proletariado internacional, la bandera del Oriente oprimido, el
dirigente de la clase obrera rusa».
La dolorosa noticia se propagó rápidamente por el país y por el mundo entero.
El 22 de enero, M. Kalinin, presidente del Comité Ejecutivo Central, la anunció
a los delegados al XI Congreso de los Soviets de toda Rusia.
El 23 de enero fue trasladado de Gorki a Moscú el féretro con el cadáver de
Lenin y colocado en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos. Por
espacio de cuatro días, a pesar de las rigurosas heladas, centenares de miles
de obreros y campesinos, soldados rojos y empleados, delegaciones de
trabajadores de todos los confines de la Unión Soviética, adultos y niños
pasaron, día y noche, por la Sala de las Columnas para rendir el último
homenaje al gran Lenin.
El 26 de enero se celebró en el teatro Bolshoi una sesión del II Congreso de
los Soviets de la URSS consagrada a su memoria.
En el Congreso hablaron la esposa de Lenin, N. Kruspskaya, así como J. Stalin,
Clara Zetkin y N. Narimanov. En nombre de la fábrica Krasni Putílovets habló A.
Serguéev; de los campesinos sin partido, A. Krayushkin; del Ejército Rojo, K. Voroshílov;
de la juventud, P. Smorodin, y de los hombres de ciencia, el académico S.
Oldenburg.
El Congreso adoptó el acuerdo de perpetuar el recuerdo de Lenin y dirigió un
mensaje a la humanidad trabajadora. Subrayó que el mejor monumento a él sería
la propagación masiva de sus ideas. En 1965 se concluyó la publicación de sus
Obras Completas en 55 tomos, con cerca de 9.000 documentos suyos y que después
se publicaron en 120 países.
A petición de los obreros de Petrogrado, el Congreso aprobó la decisión de dar
el nombre de Leningrado a esa ciudad.
El pueblo soviético se despidió de su guía lleno de profundo dolor. El
proletariado internacional suspendió todos los trabajos durante cinco minutos.
Se detuvieron los automóviles y los trenes, se interrumpió el trabajo en las
fábricas y de esa manera solemne los trabajadores del mundo entero se despedían
de Vladimir Ilich.
El 27 de enero, a las cuatro de la tarde, se realizó el entierro de Lenin. El
ataúd fue depositado en el mausoleo construido especialmente con ese fin en la
Plaza Roja.
Vladimir Ilich Ulianov (Lenin era su seudónimo en la clandestinidad), dejó como
legado un cuerpo de ideas revolucionarias que no pierden vigencia sino que por
el contrario se ratifican hoy a la luz de la profunda crisis del capitalismo
internacional.
Uno de los mas grandes Leninistas de nuestros tiempos, el comandante Fidel
Castro Ruz, en una ocasión expresó:
“Lenin es de esos casos humanos realmente excepcionales. La simple lectura de
su vida, de su historia y de su obra, el análisis más objetivo de la forma en
que se desenvolvió su pensamiento y su actividad a lo largo de su vida, lo
hacen en realidad ante los ojos de todos los humanos un hombre verdaderamente
,repito, excepcional”.
“Llegará el día en que el homenaje a Lenin sea el homenaje de todos los
pueblos, llegará el día en que el homenaje a Lenin sea el homenaje de todos los
Estados, llegará el día en que el homenaje a Lenin sea el homenaje de toda la
humanidad. De eso nosotros no tenemos la menor duda”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.