(Reporte. Stgo. 01/01/013) La última semana de diciembre 2012 se presentó el
medio-metraje documental “Operación Colombia” donde se develó de manera concreta
la participación del entonces candidato presidencial, Sebastián Piñera, y los
senadores Andrés Allamand (ex Ministro de Defensa y ahora aspirante a La
Moneda) y Alberto Espina -todos militantes del derechista partido Renovación
Nacional- en un operativo de Inteligencia extraterritorial planificado por el
gobierno y el ejército de Colombia y que tenía como destino golpear a la
administración de Michelle Bachelet y conseguir la extradición a territorio
colombiano de ciudadanos chilenos por supuesto nexo con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias FARC-EP.
Desde
las operaciones de entidades estadounidenses para derrocar a Salvador Allende y
luego para respaldar a la dictadura, que un grupo de chilenos no participaba en
una acción extraterritorial generada en un país extranjero para agredir y
condenar a ciudadanos chilenos.
El
documental es una realización chileno-mexicana, materializada por Grupo Reporte
y Suburbia Productora.
La
presentación la hicieron el periodista Patricio López, coordinador del programa
Semáforo de Radio Universidad de Chile y editor de política de la revista El
Desconcierto, la audiovidualista Simone Pavin, a cargo de Suburbia Productora y
el periodista Hugo Guzmán, de reporte.cl y editor de El Ciudadano. La actividad
se realizó en el Café Punto C en la capital chilena y contó con la presencia de
una treintena de invitadas e invitados.
El medio-metraje documental es una investigación periodística y
trabajo audiovisual en relación a la visita que hicieron Piñera, Allamand y
Espina a Colombia en julio de 2008, donde se reunieron con el ex presidente de
ese país, Álvaro Uribe, el entonces Ministro de Defensa José Manuel Santos
(actual Mandatario), los generales Freddy Padilla y Mario Montoya y altos
oficiales de Inteligencia colombiana.
Los
personeros colombianos interiorizaron a los chilenos sobre la Política de
Seguridad Democrática aplicada por la derecha de ese país y entregaron
información y orientación respecto a cómo combatir a grupos insurgentes, al
narcotráfico, a movimientos sociales y preparar a las fuerzas de seguridad e
Inteligencia de Chile. En un hecho inédito, los tres políticos de la derecha
chilena asistieron a una sesión del Consejo de Seguridad de Colombia,
equivalente al COSENA que instaló en Chile la dictadura; de esa reunión nunca
se informó de temas tratados.
Al
finalizar la visita, Uribe y Santos, junto a oficiales del Ejército y la
Inteligencia le entregaron a Piñera, Allamand y Espina un dossier con
información que, supuestamente, inculpaba a un grupo de chilenos en vínculos
ilegales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del
Pueblo (FARC-EP), con la idea de demostrar que la administración de Michelle Bachelet no estaba haciendo nada al
respecto, que había ligas para apoyar militarmente a grupos políticos, sociales
e indígenas en Chile y para lograr la extradición a Colombia de esos chilenos
para juzgarlos y condenarlos allá.
Además,
el documental informa de las misiones doctrinarias y políticas que cumplieron
en Chile, durante gobiernos de la Concertación, el embajador colombiano
Salvador Arana y el agregado militar colombiano, Carlos Alberto Fracia, quienes
fueron juzgados y condenado en su país por violaciones a derechos humanos,
ejecución de opositores y nexos con bandas paramilitares.
Palabras de Patricio López, editor de El
Desconcierto.
“Creo
que aquí hay un aporte realmente positivo. Para quienes trabajamos
cotidianamente procesando información en los medios de comunicación, sabemos
que es muy difícil establecer los mecanismos para desarmar construcciones de la
noticia y de fenómenos políticos que se realizan con total impunidad
intelectual, política y comunicacional.
Y
este hecho, el de julio de 2008, es uno de los más vergonzosos que hemos visto
en el último tiempo. Cuando se logra juntar los hilos, pasados algunos años, se
da cuenta que hay ahí un germen, de cómo se fueron construyendo algunas cosas
después en el gobierno de Piñera.
En
2008 se veía la posibilidad de que la derecha chilena podía llegar al gobierno
y en ese contexto era uno de los pocos que podía constituirse en aliado del
gobierno de Colombia. Por eso en los medios de comunicación chilenos hicieron
mucha difusión y mucho alarde de esa visita.
Como
está muy bien expuesto en el documental, incluso desde el punto de vista de la
presentación, se quiso mostrar en esa ocasión a Piñera como un estadista,
sentado en un avión, viendo mapas, con un presidente de los más ensalzados por
el duopolio de la prensa chilena que era Álvaro Uribe. Luego, la presencia de
dos senadores que iban a constituirse en una suerte de soporte muy importante
en la candidatura de Piñera, participando también en esa puesta en escena.
Yo
no dejaría fuera del análisis eso de la puesta en escena: reunidos todo en un
avión presidencial, en mangas de camisa, tomando apuntes, como trabajando todos
juntos. Se quería transmitir esa imagen a la ciudadanía chilena.
Quiero
en esto hablar del rol de algunos llamados analistas internacionales que e,
realidad son funcionales a gobiernos de determinados países y determinados
intereses. Dentro de ellos está el señor Álvaro Vargas Llosa, el señor Andrés
Oppenheimer. Ambos tiene espacios de difusión, uno en La Tercera y el otro en
El Mercurio. Vargas Llosa fue decisivo para trasladar estas ideas de la
operación de Inteligencia y, por cierto, como está muy bien expuesto en el
reportaje, durante muchos días no hubo posibilidad de que los acusados se
defendieran.
Luego
el gobierno sacó la voz y finalmente se cerró el tema, sin que Piñera, Allamand
y Espina dieran ninguna explicación por lo que sucedió.
Hay
elementos que recordar. Espina ya se había hecho cargo durante la década de los
noventa del tema de la Seguridad Ciudadana, levantó el tema de la delincuencia
como una de las principales amenazas para la vida de los chilenos y además, no
hay que dejar fuera del análisis, el hecho de que Espina es senador en la
Región de La Araucanía, y que en esa condición ha levantado en el último tiempo
las posiciones más de derecha.
Están
los montajes que hemos visto durante el gobierno del presidente Piñera, que
cada uno se ha ido desarmado paulatinamente y para lo cual, especialmente La
Tercera, incluso más que El Mercurio, ha jugado un rol muy importante para
tratar. Y cuando la evidencia se esfuma, dejan de informar sin dar una explicación
a la opinión pública.
Con
este documental, que está profesional y muy bien hecho, demuestra que está la
posibilidad, de encontrar a equipos de periodistas que están todos los días
trabajando para generar una reflexión distinta a la gran ola de los grandes
medios de comunicación. Hay un trabajo que está a disposición de todos.
Instalar
que, independientemente de la encrucijada que cada uno pueda tener con la
presidencial del próximo año, no puede haber una democracia cabal si no existe
un compromiso con el pluralismo mediático. Ese compromiso no hay que exigírselo
solamente al Estado, la responsabilidad individual también existe, como la
responsabilidad colectiva que se debe ir creando.
Vemos
como se habla mucho –y con justa razón- del sistema binominal, de la democracia
de baja intensidad, yo pondría exactamente al mismo nivel el asunto de los
medios de comunicación, es un tema y una necesidad crucial y creo que ahí
también hemos tenido una carencia política, intelectual, sobre la cual hay que
profundizar más para poder jerarquizar este tema”.
Palabras de Simone Pavin de Suburbia Productora
“Quiero
compartir algunas reflexiones a nivel audiovisual de Operación Colombia, la
estrategia que quisimos utilizar junto con reporte.cl, de darle sentido de la
imagen como atmósfera. Si ustedes se fijan, en el documental la imagen tiene
ese objetivo principal, no hay una entrevista principal, o una imagen explícita
que hayamos captado de tal o cual momento, sino que está creada un atmósfera,
con el fin de que la investigación periodística fuera lo protagónico.
Esto
mismo nos da cuenta de lo sencillo que puede ser producir una pieza audiovisual
de alta calidad, que nos permita establecer una red de medios nacionales e
internacionales, a un muy bajo costo de producción, siendo siempre la historia
lo protagónico, que en este caso fue la investigación que hizo reporte.cl
Por
lo demás, son formatos muy livianos y que sintonizan con el lenguaje
audiovisual que se utiliza hoy en día, se puede difundir de una manera muy
sencilla y por lo tanto puede ser masificada.
Decimos
además hacer este medio-metraje documental –más allá que apareciera en un
reportaje en una revista o en una Web- porque precisamente como señala la
investigación, el manejo que se hizo a nivel de medios de comunicación de este
tema, en los diarios y en la televisión, fue parcial y defectuosa, y que con
estos documentales se puede mostrar la verdadera noticia. Incluso en instancias
como esta, donde estamos reunidos en un espacio grato, en esta cafetería Punto C,
y sin duda nos da la posibilidad de reunirnos, compartir el análisis, hacer una
reflexión y no quedarnos marginados a lo que nos ofrecen los medios de
comunicaciones tradicionales.
Estos
trabajos nos van ayudando a visualizar temas que van quedar realmente
instalados y que muchas veces queda instalado, por los medios tradicionales, lo
que no era verdaderamente importante o lo más preciso o lo que fue
verdaderamente noticia como en este caso”.
Palabras de Hugo Guzmán de reporte.cl
“Este
no es un documental pretencioso. Pero es profesional. En un país donde temas
abordados como en Operación Colombia son evitados, censurados o colocados en un
rango de riesgo periodístico que no se quiere correr. La verdad, no es menor
que un Presidente, un Ministro de Defensa y un Senador hayan estado
involucrados en una operación de Inteligencia militar montada por un gobierno
extranjero en contra de compatriotas chilenos.
Como
no es menor que en estas semanas tres profesionales de la prensa chilena hayan
sufrido la misteriosa y peligrosa sustracción de su material informativo que
daba cuenta de casos de violaciones a los derechos humanos.
Se
presenta el documental en días que terminó la segunda fase de la mesa de
diálogo entre las FARC/EP y el gobierno colombiano. Están allá, en la calurosa
capital de Cuba. Antes estuvieron en la fría ciudad de Oslo. Se está haciendo
un esfuerzo serio. Llevan 21 jornadas de trabajo y más de 100 horas de
intercambio y análisis entre ambas delegaciones.
Paradojas
de la vida, el gobierno de Sebastián Piñera que a través de Allamand, Espina y
el señor Rodrigo Hinzpeter acusó de terroristas y de promover la violencia en
Chile a los insurgentes colombianos, dio un giro y decidió ser parte de los
diálogos con los que antes acusó duramente, y designó al embajador Milenko
Skoknic como “acompañante” del proceso. Después de estigmatizar, agraviar,
perseguir, amedrentar y acusar a un grupo de compatriotas por supuestas ligas
con las FARC-EP, sin que hasta la fecha exista algún tipo de reparación por las
consecuencias de esas acciones, Piñera tiene sentado a uno de sus funcionarios
juntos a los jefes de las FARC-EP.
Tiene
que ver con lo que Fernando Paulsen llamó “periodismo de emergencia”; lo que
Ryszard Kapuscinski definió como los cinco sentidos del periodista puestos al
servicio de la información, de la indagación; o con lo que el periodista
genial, Vicente Leñero, describió como el reporteo “desentrañador de la
realidad. No de la Verdad que se escribe con mayúscula y pertenece a los
territorios de la filosofía o la metafísica, sino de esta realidad palpitante
que exige de ojos que la observen; de palabras que la describan, de mentes que
la estrujen y la manifiesten para mostrar los sucesos de nuestro tiempo, para
develar lo que se ignora, para denunciar lo que tramposamente soslayado por los
poderes políticos, económicos, religiosos: el reportero, como detective
implacable de este entorno común”.
En
realidad hace falta más periodismo procesal que episódico. Más periodismo
investigativo que declarativo.
Hace
falta que el periodismo alternativo o contra/hegemónico sea más profesional y
de mejor calidad y no se quede instalado en una mirada acomplejada y mediocre.
Hay
que decir que en el equipo que hizo este documental participó mayoritariamente
un grupo de profesionales jóvenes. De Chile y de México.
Se
van a seguir haciendo estos medio/metrajes para que como los caracoles,
pequeños y sencillos, vayan caminando en el mundo de la información dejando una
estela fina que quizá alguien vea, siga y valore.
En
ocasiones basta con que un par de ojos se abran, un par de oídos escuchen, un
par de sentidos se tensionen, para pensar que se cumplió el objetivo
periodístico.
En
este país, la verdad, más allá de retóricas repetitivas, el que quiere saber
mucho de lo que pasa, contar con otra mirada editorial, acercarse a otra agenda
informativa más allá de la conservadora y tradicional, tiene a dónde recurrir.
Lo que pasa, y digamos las cosas nítidamente, es que incluso en el campo
anti/neoliberal, democrático y de izquierda, se da la espalda a los medios
contra/hegemónicos y siguen suscritos a las pautas informativas hegemónicas.
Este
documental, hay que insistir, es un breve y sencillo aporte a estar más y mejor
informados. Es un testimonio de que la mirada nuestra, la palabra nuestra, las
ideas nuestras, el pensamiento nuestro, el análisis nuestro, puede hacerse
común.
Para
que comúnmente estemos más y mejor comunicados en cuanto a lo que Leñero
definió como “entorno común”.-
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