lunes, 21 de enero de 2013

Papeles de invierno- El mosaico

Mosaico de la Alhambra


En Andalucía, invierno de 2013

Marcos González Sedano

Si pretendes ser universal, habla de tu pueblo.
Leon Tolstoi


Mira, Trajano, ese río que discurre a nuestros pies es la sangre de la Baetica, el sudor de los olivos, las lágrimas rojas del trigo. Arrastra las nieves de las cumbres más altas de estas tierras y las deja descansar en el Lago Ligustinus, desde donde suben los barcos hasta el talismán de los dioses, Corduba.

Paulina, cuya cuna fue Gades, paseaba aquella mañana con su hijo de la mano por Itálica.

Ven, Trajano, ven y contempla cómo los obreros preparan el suelo para un mosaico. Primero replantean la zona, después desbrozan el lugar, rebajan el terreno y le dan una suave inclinación para que las aguas vayan al desagüe. La escardilla, la azada, el pico, el mazo de madera... son sus herramientas. Mira cómo sudan incluso en este frío enero. Y mientras ellos aquí, los artesanos en el taller diseñan el cuadro, el emblema, o seleccionan las piedras del río por sus colores y tamaño, o cuecen el barro pigmentado en el horno. Una vez las teselas están listas serán colocadas sobre una plantilla y una argamasa las abrazará para siempre.

"Querido Trajano, nuestras vidas son como ese mosaico inacabado al que los trabajadores van dando forma a lo largo del tiempo". Así habló Paulina.

Mi abstracción en aquella asamblea de obreros de la enseñanza en el Paraninfo, me llevó al pasado, y de regreso vi en ellos las teselas llenas de mil colores y matices, sentí sus manos creadoras y descubrí el solar donde, con apenas desbrozar y desmontar un palmo de tierra, podríamos encontrar cimientos tan firmes como la roca desde donde construir nuestra casa. También encontré sus miedos y jorobas, eran como pasajeros de una embarcación que zozobra y aferrándose a las barandillas de la nave los va engullendo la Mar.

Entre vosotros y nosotros, aquí, en la intimidad: ambos sabemos que somos mercancía, mercenarios en manos de estos amos (que lo son con nuestra complicidad), nos vemos cautivos a cambio de un salario. Vosotros y nosotros somos conscientes de lo que está ocurriendo, cuál es el engaño, a dónde nos llevan y qué nos tienen preparado.

Entre vosotros y nosotros, aquí, en la intimidad: somos conscientes de lo importante que es nuestra Matria, Andalucía, en esta batalla contra los mercaderes de dentro y de fuera. Y el papel que pueden jugar las diez universidades públicas con las que contamos, con más de 245.000 de nuestras hijas e hijos; los trabajadores, manuales e intelectuales, que tienen y la capacidad científica, organizativa y el trabajo social que se hace desde ella para la reproducción de bienes intelectuales y materiales, sin los cuales no podrían garantizarse los valores dominantes.
En estas circunstancias de agresión a la mayoría de los ciudadanos, atrincherarse en las facultades para salvar solamente el pan y la dignidad es demasiado pobre y nos convierte en un adversario fácil de abatir por los de arriba. Entre vosotros y nosotros, que somos los mismos: tal vez ha llegado el momento de bajar a las calles, a los barrios y a los pueblos, a batirnos cuerpo a cuerpo, a desvelar la verdad, a construir este mosaico común, Andalucía.

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